miércoles, 22 de octubre de 2008

tema 2. Segunda unidad.

TEMA2. LA CONSTRUCCIÓN RELATIVISTA
LECTURA: LA ILUSIÓN POSITIVISTA DE UNA CIENCIA SIN SUPUESTOS.


A Max Weber como a Durkeim, le preocupa el rigor científico de las ciencias sociales. Afirma que es una ilusión querer tratar los hechos sociales como si fueran cosas, ajenos a toda intermediación subjetiva.
Los hechos son juzgados, analizados, examinados desde diversas intencionalidades, valoraciones etc; según sea quien los juzga, valora, examina o analiza.
Weber no renuncia a las posibilidades del empirismo. Pero juzga que los hechos sociales no pueden ser considerados como cosas, puesto que siempre se encuentran mediados por intencionalidades y valoraciones subjetivas.
Weber crea un instrumento de análisis sociológico: el tipo ideal.
Si la concepción weberiana de la construcción del objeto de investigación se refiere a una representación de la función epistemológica de los valores, que da su teoría del conocimiento de lo social un carácter y expectativas específicos, la crítica de la ilusión según la cual el sabio podría determinar independientemente de todo supuesto teórico, lo que es esencial y lo que es accidental en un fenómeno, hace resaltar con vigor las contradicciones metodológicas de la imagen positivista del objeto científico: además de que el conocimiento de las regularidades, instrumento irreemplazable, no suministra por si mismo la explicación de las configuraciones históricas.


MAX WEBER
La parcialidad e irrealidad de la interpretación puramente económica de lo histórico solo constituye un caso especial de un principio que guarda una validez muy general para el conocimiento científico de la realidad cultural.
No existe ningún análisis científico objetivo de la vida cultural o bien de los fenómenos sociales.
La razón se debe al carácter particular del fin del conocimiento de todo trabajo de las ciencias sociales que quieran ir más allá de un estudio meramente formal de las normas- legales o convencionales- de la convivencia social.
La ciencia social que nosotros queremos practicar aquí es una ciencia de la realidad.
Queremos comprender la peculiaridad de la realidad de la vida que nos rodea y en la cual nos hallamos inmersos. El contexto y el significado cultural de sus distintas manifestaciones en su forma actual, y por otra las causas que históricamente se haya producido precisamente así y no de otra forma.
Todo conocimiento de la realidad mediante el espíritu humano finito está basado en la tácita premisa de que solo un fragmento finito de dicha realidad puede construir el objeto de la comprensión científica, y que eso resulta esencial en el sentido de digno de ser conocido.

Uno de los portavoces de las ciencias de la naturaleza creyó poder afirmar que la meta ideal (prácticamente inalcanzable) de una tal elaboración de la realidad cultural seria un conocimiento astronómico de los procesos de la vida.
Como es natural, toda constelación individual que la astronomía nos explica o predice, solo resulta explicable casualmente a modo de consecuencia de otra constelación igualmente individual que le precede.
No cabe duda de que el punto de interés por las ciencias sociales está en la configuración real, esto es: individual, de la vida sociocultural que nos rodea.
Y todo ello es su contexto universal, pero no por ello menos individual, y en su devenir de partir de otros estados socioculturales, naturalmente también individuales.
Cabe añadir que en las ciencias sociales se trata de la intervención de procesos mentales, cuya comprensión revivicente constituye una tarea específicamente diferente a la que pudieran o quisieran solucionar las formulas del conocimiento exacto de la naturaleza.
Hemos calificado de ciencias de la cultura aquellas disciplinas que aspiran a conocer los fenómenos de la vida según su significado cultural. El significado de la estructuración de un fenómeno cultural y la causa de tal significado no se puede deducir, sin embargo, de ningún sistema de conceptos legales, por muy perfecto que en este sea, como tampoco pueden ser fundamentados ni explicados por ellos. El concepto de la cultura es un concepto del valor. Para nosotros, la realidad empírica es cultura, porque mientras las relacionamos con las ideas de valor ella abarca aquellos elementos de la realidad que a través de sus relacionas cobran importancia para nosotros.
Pero lo que nos interesa a nosotros, es la tarea de analizar el significado cultural del hecho histórico de que el cambio constituye en la actualidad un fenómeno de masas.
Aspiramos al conocimiento de un fenómeno histórico esto es significativo en su característica. Y lo decisivo de ello está en que únicamente mediante la premisa de que solo una parte finita de la infinita multitud de fenómenos esta plena de significado, adquiere un sentido lógico la idea de un conocimiento de los fenómenos individuales. Únicamente una parte de la realidad individual posee importancia para nosotros puesto que solo esa parte se halla en relación con las ideas de valor cultural con las cuales abordamos la realidad.

1 comentario:

Arzamendi dijo...

Hi..=)
Te quedo bien, ahora te añade unos gadgets... Te Amo =P...